A lo largo de este verano, descubrimos la pasión que Paquita Jones sentía por las bolsas de papel de Rodilla. Desde entonces, no ha habido vez que haya entrado una en casa y que Paquita no se haya apropiado de ella. Esta serie de aventuras (incluidas las del consultorio) nos recuerdan que, a veces, los mejores regalos para los gatos se improvisan. (Aquí Paquita tendría algo que decir, que lleva años pidiendo una casa con tobogán).