Nuestra casa debe parecerle la casa de "Los Otros" a Paquita Jones. Todo son puertas que se abren y se cierran, no para que no pase la luz, sino para que no pase ella. No puede entrar en la cocina para que no coma nada que no debe y le afecte a la diabetes, no puede entrar en la habitación de Maya para que no se meta en su carro o en su armario, por la noche no puede entrar en el estudio, que se come el árbol rojo (ya lo ha intentado varias veces) y, a veces, incluso le cerramos el cuarto de baño cuando lo estamos limpiando y hay lejía en el suelo. Vamos, que para ella, lo suyo es una vida de prohibiciones que no pierde oportunidad de reivindicar.
